La mejor manera de presentarte las variedades de café de Oceanía de nuestra boutique, para que elijas según tus gustos, y en función de la cafetera que tengas, es contarte que en las antípodas de España sienten pasión por esta bebida que les llegó del Viejo Continente.

De hecho, el café ha sido siempre tan apreciado en todo el planeta que, desde Etiopía, su verdadero origen, no tardó en exceso en llegar al resto del mundo. Incluida Oceanía, un continente que nos resulta tan lejano como exótico.

Y sin embargo, no cabe duda de que los oceánicos, en especial los australianos y los neozelandeses, aman el café. Hasta se podría decir que, en los últimos tiempos, el café se ha puesto de moda. Gracias sin duda a la pasión de sus incondicionales, que se han “vuelto locos” por indagar más sobre sus distintos orígenes y formas de cultivo controlado. Lo mismo que sobre la forma óptima de prepararlo para obtener toda la complejidad de su sabor y conservar la profundidad de su aroma.

 

 

Mujeres y hombres, jóvenes y mayores

Pero ojo, que no es solo cosa de minorías o de maniáticos con gustos gourmet. De hecho, una encuesta encargada por una de las marcas comerciales de café de Oceanía así lo demuestra. Encargada a la consultoría especializada McCrindle este estudio muestra las perspectivas, actitudes y comportamientos de los oceánicos hacia nuestra –y desde luego su– bebida favorita.

El amor por el café es fuerte en este continente, pues más de uno de cada cuatro encuestados (27%) indica que no puede sobrevivir a diario sin él, y casi nueve de cada diez (88%) aseguran que les gusta bastante o mucho. Y hablamos de un muestreo entre 1,000 ciudadanos mayores de 18 años, de diferentes géneros, estados y generaciones.

Precisamente, las generaciones más jóvenes de oceánicos tienen una mayor preferencia por el café, pues alrededor de un tercio asegura que lo necesita para sobrevivir al día (33% en la Generación Y y 30% en la Generación X). En comparación, las generaciones nacidas anteriormente ven el café como algo agradable, pero opinan que no lo necesitan a diario (45%).

Y quienes consumen café de Oceanía se dividen en partes idénticas entre quienes prefieren el café instantáneo (39%) y el café expreso (39%). Las generaciones mayores prefieran el café instantáneo, mientras que la preferencia por el café expreso es más notable entre los ciudadanos más jóvenes de Australia. La generación de Constructores es la excepción, con dos de cada cinco (42%) que prefieren el café expreso.

 

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Pero, ¿de dónde viene esta pasión por el café en el continente austral? Porque no hay documentación de que los oceánicos indígenas hayan consumido esta bebida antes de la colonización, y los convictos británicos que fueron transportados por primera vez a las colonias australianas, a finales del siglo XVIII, llevaban té con ellos, y no café.

Los cafés de origen australes

La cultura del café de Oceanía creció a partir de las cafeterías propiedad de inmigrantes italianos y griegos, a partir de la inmigración de la posguerra mundial de los años 50, hasta llegar a esa especie de obsesión de hoy en día. De hecho, en muchos sentidos la historia de los cafés de origen australes es un espejo de su propia y más bien reciente historia. Como tantos otros cultivos introducidos, no prosperó de inicio.

El café era importado y por lo tanto caro. Además, a menudo se cortaba con achicoria u otros ingredientes para aumentar las dosis. Incluso la historiadora Jillian Adams escribió, en The Australian Grocer, que al principio el café «podía prepararse hirviéndolo con leche y mostaza, con cáscara de huevo… e incluso pólvora».

Pero los emigrantes llegados del Mediterráneo cambiaron la forma en que se consumía el café en Oceanía: los más reputados fabricantes de maquinaria expreso llegaron de Europa, al igual que frijoles más selectos, molinillos más avanzados y métodos novedosos de preparar la bebida. Cuando los militares estadounidenses llegaron a sus innumerables islas, durante la Segunda Guerra Mundial, Oceanía estaba lista para la revolución del café que les ha traído a la situación actual.

Y es que la Polinesia conecta precisamente los continentes asiático y austral, en el final de la ruta seguida por el café para llegar al último rincón del planeta: la isla de Hawái, en mitad del océano Pacífico. En concreto, Kona, donde se cultiva una variedad de arábica originaria de Brasil, que destaca por su acidez media-alta y un cuerpo consistente, unidos a un aroma fino y casi dulce.

 

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De hecho, es el café de Oceanía que se sirve a las visitas oficiales en la Casa Blanca estadounidense, y está por supuesto disponible en nuestra tienda online.

Cafés de origen: Oceanía

En cuento a los otros dos grandes cafés de Oceanía, en nuestra boutique es posible encargar y disfrutar del Papúa Nueva Guinea, con un perfume muy pronunciado y tenaz, buen cuerpo y acidez, y matices herbales. Un café dulce, de sabor suave, y colmado en boca.

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Y el Australia Skybury, lo mismo que hemos dicho de la residencia del presidente estadounidense: el café oficial, nada menos que de la Reina de Inglaterra–, un sabor limpio en boca, de intensidad media y perfume pronunciado. Lo que se dice, una taza de alta calidad.

Del café se dice que puede ser especiado, floral, frutado, herbal… Hoy en día, no solo es la segunda bebida, sino el segundo producto, la segunda materia prima más comercializada del planeta. Hasta el punto de que solo el petróleo lo supera.

Sin embargo, es de agradecer que Oceanía esté colocándose a la vanguardia cuando se trata de desarrollar nuevas formas de cultivo selecto, elaboración y consumo de café se refiere. Porque este continente puede ser la solución. Dado que se espera que la demanda de café se duplique en el planeta para 2050 y, si no se hace nada, más de la mitad de las tierras cafeteras adecuadas del mundo se verán inutilizadas, debido al cambio climático.

La solución al cambio climático 

Por eso, la asociación mundial de productores está llevando a cabo el experimento global de cultivar cafés de origen en múltiples ubicaciones del planeta. En concreto, probando 35 tipos de café en 23 países, para medir su desempeño en diferentes climas y entornos. Incluso en regiones no asociadas típicamente con la superproducción de café, como Oceanía.

En lo que podría ser la contribución más significativa de Oceanía al café, los científicos de la Universidad Southern Cross prueban 20 variedades resistentes a climas adversos y a los ataques de plagas y enfermedades de los cultivos, en Nueva Gales del Sur. La ventaja del suelo oceánico es que el café no se oxida, y no existen ni insectos perforadores, ni otras plagas y enfermedades de otros lugares de producción del mundo.

 

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World Coffee Research está alentando a la industria mundial a hacer su gran esfuerzo por salvaguardar el futuro global del cultivo, contribuyendo a su programa Checkoff. En él, los tostadores pueden donar hasta 0,20 centavos por kilogramo de café verde de los proveedores participantes para ayudar a financiar iniciativas como la mencionada prueba global.

Sea como fuere, australianos, neozelandeses, polinesios, hawaianos… están entusiasmados con el futuro del café de Oceanía. Hay tanta tecnología nueva, tantas nuevas máquinas de café, equipos, molinos… La pasión de la gente se traslada a los cultivadores, y viceversa.

 

Y es que, ¿por qué los australes estarían equivocados al exigir los mejores cafés? Al fin y al cabo, la vida es corta…