El té rojo es bastante peculiar desde la forma de elaboración (se fermenta en un entorno adecuado por un determinado período de tiempo, lo que le da su característico sabor y en gran parte sus propiedades) hasta su forma de preparación.

¿Su proceso de elaboración interfiere a la hora de preparar una taza perfecta? Aquí te enseñaremos cómo prepararlo de una forma correcta.

En China (lugar de origen) tienen una meticulosa forma de prepararlo, guiada por reglas y protocolos tan estrictos que se vuelven todo un arte a la hora de llevarlo al lugar en el que será disfrutado. Incluso, si no se produce en la zona de Yunnan, donde el terreno y el clima le imprimen su carácter y, según las reglas establecidas, no es un verdadero té rojo.

El té rojo también se obtiene de las hojas de la Camellia Sinensis, al igual que las variedades de té negro y verde, difiere totalmente de dichas clases de té por su modo de elaboración: las hojas se someten a un proceso de fermentación en el que distintos hongos y bacterias modifican la naturaleza del té y hacen efecto sobre el sabor y las propiedades para la salud.

Preparación

Para empezar, hay que asegurarse que el lugar donde se consigue sea confiable y de calidad. No es necesario ningún tratamiento especial antes de realizar la infusión, solo sigue estos pasos:

  • Utiliza aproximadamente una cucharadita (3 gramos aproximadamente) de hojas sueltas por cada taza de té.
  • Deja la infusión efectuándose durante el período de cinco minutos.
  • Cuela ¡y listo! Disfruta de tu saludable y delicioso té rojo.

Acerca del sabor

El té rojo, gracias a su proceso de elaboración del que ya hablamos, difiere de los demás tés en sus propiedades, su aroma, su color y claramente su sabor (que varía en el mismo tipo de té, según el tiempo de fermentación que ha llevado en su proceso: mientras menos fermentado esté, su sabor será más floral y un poco amargo; por su parte, los más fermentados poseen notas más suaves y complejas, con destellos de moho).

¡Así que a disfrutar de tu té rojo correctamente!

Gracias a que posee un sabor terroso, lo puedes combinar a la perfección con carnes, alimentos grasos o muy especiados, setas y quesos fuertes (como el queso de cabra). Por lo general, lo suelen tomar con platos salados, aunque también puedes beberlo acompañado de un trozo de chocolate negro.