Lo que hoy día conocemos como té rojo, en sus orígenes era llamado té Pu-erh, el té más selecto de China y, también conocido como »el té de los emperadores», ya que en la antigüedad estaba reservado únicamente para la alta nobleza, que lo utilizaban como bebida relajante y con fines medicinales.

El té rojo es proveniente de las mismas hojas que el té verde, pero la diferencia está en la post-fermentación a la que se le somete. Las hojas de té se almacenan en barricas de bambú o roble, durante unos dos años mínimo e incluso llegando a los 60 años de almacenamiento.

 

Propiedades y beneficios

Desde varios años atrás, el Té Rojo posee una gran fama en Occidente gracias a los resultados de diversos ensayos clínicos, que han verificado sus propiedades beneficiosas para la salud, como la ayuda en la pérdida de peso, la reducción del nivel de colesterol en sangre y facilitar la digestión.

Beneficios en la pérdida de peso:
Las propiedades para perder peso son las que han llevado al té rojo a la fama por encima del resto de tés. El té rojo es un perfecto aliado natural en las dietas para adelgazar, ya que su toma contribuye a la eliminación de grasas que acaba convirtiéndose en una pérdida de peso corporal. Esta acción quema grasas se obtiene gracias a la aceleración del metabolismo del hígado, que produce la toma de té rojo, y que favorece una eliminación más rápida de las grasas. Esta propiedad además ayuda a prevenir y mejorar el hígado graso.

Beneficios en la reducción del nivel de colesterol:
El té rojo era muy conocido antiguamente como remedio natural para reducir la grasa de la sangre. Un menor nivel de grasa en la sangre supone un descenso del colesterol, por lo que esas personas que padezcan colesterol alto pueden probar a tomar una taza de té rojo después de las comidas para regular dicho nivel.

Beneficios en la digestión:
El té rojo es perfecto para ayudarnos en el proceso de la digestión. Una taza de té rojo después de comer ayudar a promover la secreción de ácidos gástricos y regular el proceso químico y mecánico de la digestión. Además, esta estimulación también acelera la metabolización de los alimentos, por lo que ayuda en no absorber tantas grasas ni tantas toxinas como se haría sin esta bebida.

Y como la “cereza en el pastel”, el té rojo no solo tiene muchas propiedades beneficiosas para nuestro organismo, también posee un inconfundible y delicioso sabor.