El particular diseño de la cafetera Chemex, originario del año 1941, le ha valido para estar expuesta en la colección de varios museos, como el MoMA (el Museo de Arte Moderno de Nueva York). Sin embargo, se trata de un envase funcional, pensado para preparar café de una forma sencilla. No en vano, su creador fue un químico –llamado Peter Schlumbohm–, que se inspiró en los matraces empleados en los laboratorios.

Precisamente, al utilizar el mismo tipo de cristal que este equipamiento técnico, se consigue evitar que afecte de alguna forma al sabor o al aroma del café. En definitiva, un verdadero esfuerzo de ingeniería para conseguir la taza de café perfecta.

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Aparte de una forma característica, la cafetera Chemex destaca por el empleo de su propio tipo de filtros (también bajo la marca Chemex), que se fabrican empleando una clase de papel semejante al crepé, pero más densa. Así retienen tanto las partículas como los aceites y grasas indeseados que están presentes en los granos de café tostados.

Gracias a esto no sólo se consigue un sabor más intenso, también se evita que las sustancias que dan amargor al café terminen en nuestra taza. Estos mismos compuestos provocan que el café se oxide con mayor rapidez, por eso, el que se prepara con una cafetera Chemex puede conservarse en la nevera y volver a calentarse manteniendo intacto su sabor.

Además, los filtros son lo suficientemente resistentes para no romperse al verter el agua o al retirarse del recipiente. También evitan que se formen arrugas o dobleces que causarían que el agua caliente no atravesara el café de manera uniforme.

Pasos para utilizar la cafetera Chemex

Preparar café con esta cafetera es proceso muy sencillo, aunque no es apto para los más impacientes: hace falta dedicarle al menos cinco minutos de nuestra atención para conseguir el mejor resultado. Por otro lado, la capacidad de la cafetera varía según el modelo pero las más comunes son de 3 o 6 tazas (medidas de café tipo americano), y precisamente se recomienda preparar siempre la mayor cantidad posible, ya que así la temperatura se mantiene al nivel adecuado.

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1- COLOCAR EL FILTRO: Los filtros Chemex se pueden encontrar con forma redonda, cuadrada o de media luna. Como ya están predoblados, basta con ahuecarlos para adaptarlos al cono superior de la cafetera. La clave al colocarlos está en que la zona con más capas de papel quede justo encima de la boquilla para verter el líquido.

2- CALENTAR EL AGUA: La temperatura ideal para el agua del café está entre los 93 y los 96 °C. Si no contamos con un termómetro, es suficiente con dejar de calentar y esperar medio minuto después de que haya roto el hervor. Nunca hay que usar agua hirviendo, ya que se quemaría el café y resultaría un sabor muy amargo.

3- PRECALENTAR LA CAFETERA CHEMEZ Y EL FILTRO: Aunque es un paso opcional, se consigue un mejor resultado si vertemos agua caliente sobre el filtro vacío; de esta forma el papel se adhiere a las paredes de cristal, sellando el paso de aire. Además, al calentar el recipiente evitamos que el café se enfríe.

4- ECHAR EL CAFÉ MOLIDO: Para la medida de un café solo hacen falta dos cucharadas de café molido por cada taza (unos 8 gramos). Si empleamos nuestro propio molinillo en casa para preparar el grano, la finura del café debe ser semejante a la de la arena o el azúcar. Si queda demasiado fino, el agua no podrá atravesarlo adecuadamente, y si es muy grueso, pasará demasiado rápido sin infusionar el café.

5- HUMEDECER EL CAFÉ: Al principio hay que remojar el café, un proceso que los ingleses denominan «florecer»; basta con verter agua caliente hasta que todo el café quede cubierto y esperar 30 segundos. De esta forma se consigue que las partículas de café se abran, liberando el dióxido de carbono que se forma en el interior de los granos al tostarse; esto permite que el agua pueda extraer con más facilidad los compuestos que aportan aroma, textura y sabor.

6- VERTER EL RESTO DEL AGUA: Tras ese medio minuto de espera, podemos continuar echando más agua caliente hasta la cantidad deseada, teniendo cuidado de no desbordar la cafetera y asegurándonos de que se distribuye de manera uniforme, es decir, que no la vertemos siempre en el mismo sitio. El botón o bota que se encuentra en la parte inferior del recipiente indica el nivel de media capacidad, y la parte inferior del cierre de madera, el de máxima capacidad.

7- RETIRAR EL FILTRO: Pasados aproximadamente unos cuatro minutos, podemos desechar el filtro con los posos. Y si queremos mantener el café caliente, podemos dejar la cafetera sobre la vitrocerámica a baja potencia o la cocina de gas con poca llama (pero nunca sobre una resistencia eléctrica).

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Ventajas de la cafetera Chemex

El primer mérito de esta cafetera es poder controlar a la perfección la temperatura del agua, uno de los factores más importantes para obtener el mejor sabor con el café, y algo difícil de vigilar con una cafetera automática.

La segunda ventaja es inherente a las cafeteras que emplean el sistema de filtros, que es que los mismos se encargan de evitar que las impurezas, que provocan el amargor, acaben en el café. El concepto de un café «fuerte» en realidad implica la presencia de sustancias que enmascaran el auténtico sabor.

Por su diseño, la cafetera Chemex resulta muy sencilla de usar.  Además, puede lavarse en el friegaplatos, retirando primero el agarre de madera.