Tal vez hayas escuchado o visto en algún lugar que el es de origen inglés o de origen indio y, aunque no se aleja mucho de la realidad, el dato no es del todo cierto, ya que la historia se remonta a varios años antes de Cristo, en China.

 

Historia

Según cuenta la leyenda, en el siglo XXVIII A.C., el emperador chino Shen Nung, un hombre de alta alcurnia, sabio y erudito, decía que, por higiene, toda el agua para beber debía ser hervida. Cierto día el emperador se recostó debajo de un árbol.

Cuando algunas de las hojas de este árbol cayeron en el agua que sus criados hervían, el emperador sintió un aroma especial y no pudo resistirse a probar aquel extraño brebaje. Lo encontró exquisito.

Desde esos orígenes fue considerada una bebida que aportaba múltiples propiedades beneficiosas para la salud, atribuyéndosele una gran gama de efectos medicinales, por lo que su consumo fue rápidamente asimilado en los altos círculos cortesanos chinos.

La “edad de oro” del té corresponde a la época de la llamada “dinastía Tang”, en el momento en el que dejó de ser un tónico medicinal y empezó a extenderse su consumo por placer.
Durante este período el té adquirió tal importancia que un grupo de comerciantes encargaron al escritor Lu Yu que escribiera el primer libro sobre el té, “Su Cha Ching”, conocido como el “libro sagrado del té”.

Por otro lado, Japón también se atribuye los orígenes del té, con una historia un poco peculiar y menos conocida, que tiene como protagonista al príncipe Bohi-Dharma. La historia cuenta que este príncipe tuvo un sueño en el que estaba con todas las mujeres que previamente pasaron por su lecho. Este, avergonzado, prometió no volver a dormir para evitar una vez más esa embarazosa situación. Pasados los días, el cuerpo le pidió descanso, por lo que acudió a las hojas de un arbusto que lo mantuvieron despierto para siempre. Dichas hojas, eran las de té.

 

En la actualidad

Existen más de 3.000 variedades, pero esto se debe a que, por ejemplo, el té verde chino y el té verde japonés se considerarían distintos, porque difieren en sus tiempos de recolección y modo de preparación.

Sin embargo, hay algunos tipos de tés que sobresalen ante la inmensa variedad de los mismos, los cuales mencionaremos a continuación y hablaremos más a profundidad acerca de ellos en el futuro, estos son: Té verde, té rojo, té negro, té blanco, té azul, té amarillo, té Chai, té kukicha y té rooibos.