En artículos anteriores hemos hablado del famoso té rojo, sus propiedades, sus beneficios y más, pero en este artículo nos centraremos en los beneficios que este posee en la circulación sanguínea y las ventajas de mantener una buena circulación.
Hay que tener en cuenta que el té rojo, pese a ser uno de los más indicados para mejorar las molestias causadas por la mala circulación, como la retención de líquidos, la pesadez, la inflamación, el cansancio y la aparición de las venas várices, en comparación con otros, posee un porcentaje mayor de teína, lo que lo convierte en un té poco apto para personas nerviosas o con tensión elevada. Por lo que, en este caso, recomendamos un consumo moderado.
La importancia de mantener una buena circulación
Recordemos que la sangre tiene un papel muy importante en el buen funcionamiento del organismo, de allí la importancia de cuidar, en la medida de lo posible, su buena circulación.
Por la sangre se transporta de manera constante el oxígeno, los nutrientes y otras sustancias que requieren las células para trabajar en óptimas condiciones. Por eso, cuando algo impide su paso, se desencadenan una serie de reacciones que pueden generar trastornos de salud de mayor cuidado.
Lo que ocasiona en el cuerpo una mala circulación
La siguiente lista puede variar en cada persona en función de su causa y nivel de gravedad.
- Estrés crónico.
- Sedentarismo.
- Diabetes mellitus.
- Mala alimentación.
- Enfermedades cardiovasculares.
- Sensación de fatiga.
- Frío en las extremidades.
- Cabello y uñas quebradizos.
- Heridas que tardan en sanar.
- Inflamación de las extremidades.
- Dolor y pesadez en las articulaciones.
- Venas varicosas y arañas vasculares.
- Problemas de concentración y memoria.
- Debilitamiento del sistema inmunitario.
- Coloración azulada en la piel (cianosis).
- Hormigueo y calambres en diferentes partes del cuerpo.
Efectos del té rojo en pro de una buena circulación
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Primeramente tu aguante a cualquier actividad se vuelve mayor (sí, también el desempeño sexual se ve beneficiado). También algo que muchas personas notarán es que dejan de sentir frío y las extremidades dejan de percibirse frías, se tiene una mejor pigmentación en la cara y en la piel en general, una mejor adaptación a los cambios de temperatura y no existe obesidad.
Internamente en la sangre hay una mayor eficiencia de la insulina (esa sustancia que produce el páncreas para asimilar la glucosa), los niveles de colesterol disminuyen, se estimula la microcirculación, hay mayor eficiencia en el traslado de nutrientes, se fortalece el sistema inmunológico, simplemente porque la sangre se mueve con mayor facilidad y el consumo de oxigeno es mayor y más eficiente.
